Un legado familiar convertido en pasión
Ivana Amores, una joven de 23 años oriunda de Morón, provincia de Buenos Aires, descubrió su amor por el taekwondo gracias a su padre. Él fue quien la introdujo en este deporte y la acompañó desde sus primeros pasos, compartiendo con ella la disciplina y dedicación que siempre lo caracterizaron. “Mi papá era fanático de las artes marciales desde chiquito, pero nunca lo dejaron practicar deportes de contacto. Entonces él volcó eso en mí”, recuerda con nostalgia.
La muerte de su padre cuando ella tenía solo diez años marcó un antes y un después en su vida. La partida de su progenitor la enfrentó a una realidad dura, que incluyó dificultades económicas para su familia. “Si tuviera el apoyo de mi papá todo sería más fácil, él era un re laburador y nunca me faltó nada en relación al deporte”, confiesa con honestidad.
El camino hacia el Mundial ITF
Tras años de práctica recreativa, Ivana decidió profesionalizarse en el taekwondo a los 16 años. Abandonó su club en Morón para entrenar en la Academia BBG en Caballito bajo la guía del maestro Esteban Lafuente. Su primer gran logro fue la participación en el Panamericano de Brasil, donde obtuvo el tercer puesto entre 45 competidoras.
La clasificación al Mundial ITF de Croacia 2025 representa el sueño actual de Ivana, pero el camino no es fácil. A diferencia de otros atletas, “yo estudio, trabajo y entreno todos los días. La facultad, los transportes, todo es plata. Hago malabares y cuando llega el momento de pensar en el Mundial, me pregunto: ‘¿de dónde saco todo esto?'”, explica sobre sus múltiples responsabilidades.
Dos frentes de batalla: deporte y supervivencia
El apoyo económico ha sido siempre un desafío para Ivana. Perdió su empleo y patrocinio un mes antes de su participación en el Mundial de Finlandia 2023, lo que casi le impide viajar. “Si no fuera por un sponsor que apareció de la nada, no hubiera podido viajar”, afirma sobre aquella difícil experiencia.
Actualmente busca sponsors para cubrir los aproximadamente 4 mil dólares necesarios para el Mundial de Porec, Croacia, que se celebrará del 7 al 11 de octubre. Su rutina diaria incluye viajes entre distintos puntos de Buenos Aires para entrenar, estudiar y trabajar en un laboratorio.
Explorando nuevos horizontes deportivos
Además de su preparación para el Mundial ITF, Ivana ha incursionado en un formato distinto del taekwondo. Firmó su primer contrato profesional con Kombat Taekwondo, una franquicia estadounidense que combina elementos del taekwondo y MMA en Sudamérica.
Su debut en Brasil presentó nuevos desafíos: “Era todo nuevo. Cambiaba el espacio, los guantes, el reglamento, la cabeza. Imaginate que mi entrenamiento estuvo apuntado a la jaula porque no es lo mismo moverse por el tatami, que si te pegan te podes ir corriendo y salir, a una jaula que te arrinconan y chau, no te podes ir”.
A pesar de las dificultades y decepciones en su carrera, Ivana mantiene su espíritu combativo: “Creo que el está muy orgulloso de mi y de hacer lo que me gusta y me encantaría claramente poder saberlo y que me lo dijera”, concluye pensando en su padre.