En medio de la atención centrada en los comicios judiciales, se desarrollan procesos electorales locales en Veracruz y Durango que involucran la renovación de 251 ayuntamientos, principalmente en la entidad veracruzana donde se encuentran 212 de los cargos en disputa. La fuerza municipal del partido Morena será evaluada durante estos comicios, con el objetivo de desplazar al PRI y al PAN de sus bastiones tradicionales en ambas regiones.
Escenario favorable para expansión territorial
El partido guinda presenta una oportunidad estratégica para consolidar su presencia, especialmente en Durango donde busca obtener la capital y las zonas urbanas clave de la comarca lagunera. En Veracruz, entidad que actualmente gobierna, persiste la incertidumbre sobre su capacidad para superar la resistencia del PAN en ciudades importantes como Boca del Río, histórico feudo del clan Yunes, cuyo líder recientemente apoyó la reforma judicial respaldada por Morena.
Expansión territorial contrastada
La organización política encabezada por Luis María Alcalde y previamente por Mario Delgado, actual secretario de Educación, mantiene el control en la mayoría de los gobiernos estatales, exceptuando ciertas zonas del Bajío y frontera norte. Su influencia se extiende a diversos congresos locales y al parlamento federal, donde posee mayoría absoluta en ambas cámaras. La interrogante radica en si logrará ampliar su dominio o si la oposición podrá detener su avance electoral.
Perspectivas electorales desde la campaña
Gabriela Jiménez, encargada de la vicecoordinación del partido en la Cámara de Diputados, ha destacado la progresión en Durango: “Nuestro objetivo es obtener la mayor cantidad de municipios en disputa. La presencia de Morena ha crecido significativamente en esta región. Iniciamos en 2019 con dos municipios, Gómez Palacio y Otáez, y para 2022 ya alcanzamos 18. Actualmente contamos con representación en medio congreso local, incluyendo la presidencia del Congreso”, detalló.
Criticas al nivel del debate electoral
El analista Jesús Nevárez ha señalado el carácter “presuntuoso” de las contiendas, especialmente en la capital duranguense, donde compiten Antonio Ochoa (alianza PRI-PAN) y Jose Ramón Enríquez (Morena): “La confrontación es intensa, pero el nivel de discusión es extremadamente bajo. Se presentan como solucionadores universales, expertos en deporte y baile, algo realmente vanidoso”, expresó con ironía. También mencionó que “el representante de Movimiento Ciudadano, Francisco Franco, no tiene opciones reales de triunfo”.
Episodios que reflejan tensión electoral
El experto relató dos incidentes que evidencian la tensión del proceso: “Un empleado del Gobierno de Hidalgo, bajo administración morenista, fue detenido en Durango acusado de gestionar recursos para la campaña de Enríquez. Además, la gobernadora de Aguascalientes, perteneciente al PAN, visitó la ciudad transportando equipaje que desapareció durante su trayecto. Morena sugirió que las maletas podrían contener dinero”, detalló. Estos eventos muestran los estrechos márgenes y la alta importancia de los resultados electorales.
Contraste en niveles de violencia
Las campañas presentan diferencias notables en cuanto a la presencia de violencia. Mientras en Durango se ha mantenido la tranquilidad, en Veracruz los ataques han sido constantes. Dos semanas atrás, criminales asesinaron a Yesenia Lara, candidata de Morena a la alcaldía de Texistepec. Previamente, en abril, sicarios irrumpieron en la vivienda de Germán Anuar, candidato del partido a Coxquihui, frontera con Puebla, donde lo ejecutaron.
Preocupación por seguridad de candidatos
El politólogo Carlos Ronzón detalló: “Además de los homicidios, han destruido la sede estatal del PRI y casi 50 candidatos requieren protección por amenazas. Existe un fenómeno particular: en muchos municipios, la población identifica a los candidatos con conexiones narcotraficantes, conoce sus alianzas, pero las autoridades electorales, la fiscalía local y la policía estatal no reconocen esta situación. Esta indiferencia convierte la violencia en algo cotidiano”.
Transformación política en Veracruz
Después de gobiernos priistas prolongados bajo figuras como Fidel Herrera y Javier Duarte -este último condenado por delitos financieros-, el PAN obtuvo el poder brevemente con Miguel Ángel Yunes. Sin embargo, en 2018 y posteriormente en 2024, Morena logró victorias contundentes impulsado por el apoyo a López Obrador y luego a Rocío Nahle. En el ámbito municipal, la formación guinda ha conseguido ciudades importantes como Coatzacoalcos, Minatitlán, Xalapa y Poza Rica.
Desafío en feudos tradicionales
Actualmente busca penetrar en la franja costera central, específicamente en Boca del Río y Puerto de Veracruz, territorios históricos de los Yunes. Según Ronzón: “El PRI conservará Orizaba y Cosoleacaque, mientras el PAN mantendrá Boca del Río. El Puerto será disputado con ventaja para Morena, aunque será ajustado. MC podría competir en municipios como Cardel, Poza Rica, Papantla y Paso de Ovejas”.
Impacto del voto castigo
El posible rechazo electoral contra los Yunes, responsables del apoyo parlamentario a la reforma judicial, genera preguntas: “En Boca del Río, María José Gamboa, integrante de su grupo, ya ha obtenido victorias anteriores y posee liderazgo independiente. En el puerto, Indira Rosales también pertenece a su corriente, aunque el crecimiento de Morena fue significativo en 2024”, explicó Ronzón.
Balance actual y expectativas
Actualmente, Morena y sus aliados (Partido Verde y Partido del Trabajo) administran 171 de los 251 municipios en disputa entre Veracruz y Durango, incluyendo 153 de los 212 veracruzanos y 18 de los 39 duranguenses. El domingo podría incrementar esta cifra, con el triunfalismo caracterizando al partido y la oposición temerosa por la pérdida de sus bastiones tradicionales.