En el entorno del tenis profesional, donde prima el silencio, el comportamiento de los asistentes durante los partidos de Roland Garros con participación de jugadores locales ha generado controversia. La cuestión que surge es: ¿este clima afecta realmente el desarrollo de los encuentros?
“¡Me han escupido!”: estas palabras salieron de la boca de Miomir Kecmanovic tras caer ante Quentin Halys en la pista 14. El serbio calificó el ambiente como “horrible para jugar, una sensación desagradable”. Por otro lado, Holger Rune logró que expulsaran a un asistente que lo insultaba mientras se secaba con su toalla en el partido contra Halys.
Polémica en distintas canchas
El escándalo también llegó a la pista Suzanne-Lenglen, con capacidad para 10,000 personas. Allí, Jaume Munar expresó su descontento después de perder contra Arthur Fils. El español señaló que “es una falta de respeto absoluta”, refiriéndose a la interrupción constante del público.
“Es el no parar de cantar, de interrumpir, al final lo que pasa es que no dejan que el juego avance, y parece un ‘show’, muy bonito para el espectador, pero también creo que deberían recordar que estamos aquí para hacer nuestro trabajo”, manifestó el tenista de Mallorca. Agregó que “lo que no puede parecer es un circo, y hay momentos en que esto parece un teatro”.
Fils, por su parte, defendió la actitud de los asistentes, asegurando que “cuando vamos a Australia y jugamos con australianos, o a Nueva York con estadounidenses, hay tíos que te chillan al oído durante tres, cuatro horas”. El francés atribuyó su resistencia física durante el partido a la energía del público, sin cuyo apoyo “hubiera tenido un 0% de posibilidades” de terminarlo.
Experiencias contrastantes
Carlos Alcaraz ha vivido situaciones similares, como cuando perdió contra Ugo Humbert en el Masters 1000 de París en 2024, o frente a Hugo Gaston tres años antes en el mismo evento. Por su parte, Novak Djokovic, con 38 años y 24 títulos de Grand Slam, lo define como “una batalla, no sólo contra el adversario”.
Durante su encuentro contra Corentin Moutet, el serbio tuvo que detenerse para pedir silencio: “¡Eh, un respeto!”. En rueda de prensa, comentó sonriente: “Permanecí tranquilo todo el partido, no fue fácil visto el ambiente pero es normal contra un francés”. Además, afirmó que en París la gente es más “ruidosa, más apasionada” que en otros torneos del Grand Slam.
Comparaciones con otros torneos
A diferencia de Roland Garros, el Abierto de Australia tiene un bar cerca de una de sus pistas, lo cual generó que Felix Auger-Aliassime y Alejandro Davidovich solicitaran jugar en una zona más alejada del bullicio. Anastasia Pavlyuchenkova también expresó su descontento con los asistentes en la pista 6, señalando que “la gente estaba borracha y gritaba, comía y bebía”.
Posiciones oficiales
Gilles Moretton, presidente de la Federación Francesa de Tenis, reconoció que “Es así como son los franceses, lo siento. Apoyan a sus jugadores y quizá hacen demasiado ruido”. Aunque destacó que “creemos que esa atmósfera es buena para el tenis, si va demasiado lejos debemos decir algo”.
Jannik Sinner, número uno del ranking mundial, aseguró haber tenido una experiencia diferente al enfrentar a dos tenistas locales, Arthur Rinderknech y Richard Gasquet. Para él, los asistentes fueron “muy respetuosos”, indicando que “lo más importante es hacer un buen partido. Para eso viene la gente a ver tenis, ¿no?”