El proceso electoral del domingo 28 de mayo de 2025 se configura como un acontecimiento sin precedentes en la historia de México. Aunque durante el siglo XIX existió la elección popular de ministros de la Corte, esta se realizaba de manera indirecta. La actual modalidad de voto directo para seleccionar a todos los juzgadores representa una innovación que, pese a sus imperfecciones, garantiza legitimidad al sistema.
¿Demasiada complejidad?
Algunos críticos señalan que las boletas electorales presentan un diseño excesivamente complicado. Sin embargo, esta percepción subestima la capacidad del ciudadano común para comprender formatos complejos. Como ejemplo, millones de mexicanos manejan sin dificultad las quinielas de apuestas deportivas. Según datos del informe del mercado de apuestas en línea mexicano, más de 52 millones de personas participaron en este tipo de juegos durante 2024, demostrando su habilidad para interpretar estructuras similares.
Estrategia equivocada
Organizaciones de oposición que se autoproclaman intelectualmente superiores cometen un error al promover la abstención. En lugar de desalentar la participación, deberían enfocarse en identificar candidatos afines a sus ideales. El micrositio “Conóceles” del INE ofrece información detallada sobre los aspirantes, permitiendo una elección informada. Lo paradójico es que estos sectores, que llenan plazas públicas en protestas, no logran movilizar el mismo entusiasmo en los procesos electorales.
Guía para votar consciente
Grupos de ciudadanos pueden colaborar para facilitar la elección de candidatos específicos, sin necesidad de intervención partidista. Esta coordinación, lejos de ser ilegítima, refleja un compromiso cívico responsable. La derecha ha desaprovechado esta oportunidad, optando por una campaña de boicot que le ha impedido posicionar a magistrados con trayectorias jurídicas alineadas a sus valores.
“La resistencia al cambio y a la adopción de nuevas vías para la atención de problemas como la ineficiencia del Poder Judicial, no ayuda en nada al perfeccionamiento de nuestros procesos democráticos.”
Por eso me parece que la mejor opción es salir ¡a votar!