Juez reafirma condena por homicidio múltiple
Un septuagenario de 77 años recibirá una pena de 18 años en prisión tras ser encontrado culpable de asesinar a su cónyuge con múltiples heridas por arma blanca. La corte de apelaciones ratificó la decisión judicial inicial, rechazando los argumentos presentados por la defensa.
El caso tuvo lugar en la madrugada del 25 de septiembre de 2024, en una residencia ubicada en Jochon-dong, ciudad de Gunsan-si, provincia de Jeollabuk-do, Corea del Sur. El individuo, identificado como el Sr. A, atacó a la Sra. B, de 70 años, causando 17 heridas penetrantes en su torso y otras zonas del cuerpo.
Motivación basada en interpretación errónea
Según documentos judiciales, el crimen surgió de un malentendido por conversaciones telefónicas entre la víctima y sus hijos. El acusado, quien desde 2022 mostraba señales de padecimientos psicológicos, interpretó que planeaban su ingreso involuntario en un centro de salud mental.
La familia había discutido previamente opciones de tratamiento para sus condiciones mentales, incluyendo posibles alternativas en instituciones especializadas. Esta preocupación familiar, malinterpretada por el hombre, detonó el ataque fatal.
Antecedentes de relación prolongada
El matrimonio, constituido desde 1973, mantenía más de cinco décadas de convivencia. Las autoridades destacaron la gravedad de romper ese lazo de confianza, enfatizando en el informe judicial que la víctima probablemente experimentó intensos dolores físicos y emocionales antes de fallecer.
“El acusado asesinó brutalmente a su esposa, quien confió en él durante más de 50 años. El sufrimiento emocional de los hijos también es evidente”
Decisión judicial inamovible
El acusado solicitó reducción de pena argumentando excesividad en la sentencia original. No obstante, el tribunal de apelaciones mantuvo firme la condena, tomando en cuenta el impacto en los familiares directos, quienes expresaron deseo de castigo ejemplar.
La resolución final enfatizó que “el asesinato es un delito grave que viola el valor absoluto de la vida humana”, rechazando cualquier justificación para modificar la sentencia impuesta.