El Servicio de Seguridad Nacional armenio detuvo al arzobispo Mikael Ajapahyan, jerarca de Gyumri y Shirak, durante operaciones realizadas en la sede del patriarcado apostólico en Echmiadzin, localidad cercana a la capital. El incidente generó disturbios entre agentes del orden y fieles que intentaron impedir el arresto.
Acusaciones formales y rechazo inmediato
Un tribunal de Ereván decretó la prisión preventiva del clérigo por dos meses según indicó su defensor Ara Zohrabyan, quien cuestionó la legalidad de la medida asegurando que su representado presentará recursos de apelación. La fiscalía lo imputa por declaraciones públicas que habrían incitado al derrocamiento armado del gobierno.
Contexto de tensión política
El arresto se enmarca en una serie de acciones contra figuras públicas que cuestionan las políticas del primer ministro Nikol Pashinyan. Hace días fue detenido el arzobispo Bagrat Galstanyan, líder del movimiento Lucha Sagrada, acusado de planear acciones de desestabilización. También el empresario Samvel Karapetyan enfrenta cargos similares.
Fondo histórico de conflictos fronterizos
La actual situación se desarrolla tras decisiones gubernamentales que entregaron el control de varios asentamientos limítrofes a Azerbaiyán, normalizando relaciones con el país vecino. Este tema fue el detonante de movilizaciones masivas el año anterior exigiendo la renuncia del mandatario. La disputa territorial entre ambas naciones tiene raíces en los conflictos de los años 90 por la región de Karabaj.
Relaciones internacionales complejas
Recientemente Pashinyan visitó Turquía, principal aliado de Azerbaiyán, en un intento por mejorar las históricas tensiones entre ambas naciones. La diplomacia armenia busca normalizar vínculos regionales aunque enfrenta resistencia interna por las concesiones territoriales realizadas.
Tensión religiosa institucional
El enfrentamiento entre el gobierno y la Iglesia Apostólica se intensificó cuando el primer ministro solicitó la renuncia del catolicós Karekin II, acusándolo de incumplir el voto de celibato. La institución eclesiástica negó las acusaciones y criticó públicamente la injerencia gubernamental en asuntos espirituales.
“Nunca me he escondido y no voy a esconderme ahora”, afirmó Ajapahyan al ingresar a las instalaciones del Comité de Investigación armenio. “Digo que lo que sucede ahora es ilegal. Nunca he sido ni soy una amenaza para este país; la principal amenaza está en el gobierno”, agregó el clérigo.
Antecedentes de movilizaciones ciudadanas
A pesar de las protestas multitudinarias y las acciones judiciales contra opositores, los esfuerzos por remover a Pashinyan no han prosperado. El mandatario, quien asumió el cargo en 2018, enfrenta críticas por sus decisiones diplomáticas y la gestión interna, manteniendo su posición mediante respaldo parlamentario y judicial.