Un engaño de años que destruyó una amistad
Un hombre de 75 años enfrenta un juicio en Ginebra por haber desviado más de 14 millones de francos suizos (equivalentes a casi 15 millones de euros) pertenecientes a un amigo cercano de 78 años. El acusado, con experiencia en la gestión de patrimonios, se ganó la confianza de la víctima hasta convertirse en su administrador personal. Sin embargo, desde 2009 utilizó esa posición privilegiada para apropiarse de los fondos sin el conocimiento del dueño original.
Una empresa como pantalla para el fraude
Según el relato del propio acusado durante el juicio, en 2004 creó una sociedad conjunta con su amigo para “ocultar la identidad” de los fondos. El exbanquero sostuvo que esa estructura le permitía tomar decisiones sin rendir cuentas, aunque aseguró que “mi intención era financiar proyectos, pero nunca enriquecerme”. Esta versión contrasta con las pruebas que demuestran cómo utilizó el dinero para gastos personales.
Lujo disfrazado de honorarios profesionales
El dinero desviado fue utilizado para financiar un estilo de vida opulento. Entre los gastos destacan la compra de un Porsche y los preparativos de la boda de su hija. El acusado intentó justificar estos movimientos afirmando que “no tenían nada de ilegal”, ya que según él, la empresa le había pagado esos “honorarios” por su labor profesional. Para el exbanquero, era simplemente una forma de cubrir sus gastos personales.
Extractos falsificados para mantener la ilusión
Durante seis años, el acusado envió estados de cuenta alterados a su amigo para ocultar el desfalco. Incluso admitió haber manipulado los documentos, aunque argumentó que lo hizo “para preservar su amistad”. La estrategia funcionó durante años, ya que la víctima no detectó anomalías gracias a la aparente normalidad reflejada en los extractos fraudulentos.
El peso de la justicia
Las autoridades han rechazado las justificaciones del exgestor de patrimonios, calificando su conducta como “no solo deshonesta, sino también criminal”. La Fiscalía ha solicitado una pena de casi seis años de prisión y una indemnización por el monto total desviado. El veredicto se conocerá el 11 de julio, fecha que marcará el desenlace de una historia que ha terminado para siempre con una amistad de décadas.