Espectáculos

Un gato con una nariz inusualmente grande despierta interés en Irlanda del Norte

En un refugio de Irlanda del Norte fundado en 2016, vive Barney Bubble, un felino de pelaje anaranjado que ha llamado la atención por una particularidad anatómica que lo distingue claramente de otros felinos: una nariz considerablemente más grande de lo habitual.

Características y descubrimiento

El animal fue descubierto en marzo de 2025 cerca del bosque Parkanaur, cuando el refugio recibió una alerta sobre un gato con apariencia atípica. Las rescatistas que lo recogieron describieron la experiencia como algo sin precedentes.

“Cuando regresamos al refugio, tenía muchísima hambre y devoró su comida de inmediato; esto no afecta su apetito y sus fosas nasales están libres de ese crecimiento. Es un adorable grandulón”,

relató Lynsey Jones, cuidadora del animal, en entrevista con BBC.

Investigaciones médicas

Aunque el gato no muestra alteraciones en su salud general ni en su alimentación, los responsables del refugio decidieron realizarle análisis médicos para descartar condiciones graves. Tras descartar cáncer mediante exámenes detallados, sospechan que podría estar afectado por una infección fúngica conocida como Cryptococcus.

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La rescatista reveló que el felino está recibiendo un tratamiento específico: “Ya está tomando medicamentos, siete días sí y siete días no, y estamos notando una diferencia”.

Sobre el hongo Cryptococcus

Este tipo de hongo se encuentra habitualmente en el suelo contaminado por excremento de aves y en ciertos árboles. Su transmisión ocurre mediante la inhalación de esporas que pueden causar enfermedades pulmonares o meningitis criptocócica, particularmente en organismos con sistemas inmunológicos comprometidos.

Según la Organización Mundial de la Salud, la criptococosis provoca más de 180,000 fallecimientos anuales, principalmente en países con bajos recursos económicos. En mascotas, puede afectar la piel, senos nasales y en casos avanzados, el sistema nervioso central.

El tratamiento habitual incluye medicamentos antifúngicos como anfotericina B y fluconazol, administrados durante periodos prolongados.

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