Veintiún años después del crimen de Francisco Ortiz Franco, familiares y compañeros de trabajo exigen que se reactive la investigación. La carpeta del caso ha desaparecido y no hay responsables identificados.
Manifestación frente a fiscalías de Baja California
Este domingo en Tijuana, familiares y colegas del periodista asesinado en 2004 se concentraron frente a las oficinas de las fiscalías estatal y federal para exigir justicia. Los asistentes colocaron carteles con leyendas como “21 años crimen impune” en las instalaciones y vehículos oficiales.
“Aprendimos a vivir sin su presencia”
Héctor Ortiz, hijo del comunicador, afirmó que esta movilización busca mantener viva la memoria de su padre y exigir avances en el caso. “Han sido años en los que hemos tenido que aprender a vivir sin su presencia, tanto nosotros como su familia y el gremio, porque fue un pilar importante en Tijuana”, expresó.
El familiar denunció la falta de avances en la investigación, señalando que el expediente se encuentra extraviado: “La carpeta estuvo con la autoridad local unos meses, luego pasó a la Fiscalía Federal de Atención a los Periodistas de los Delitos de Control y Libertad de Expresión, y desde entonces no sabemos nada. Lo último que supimos es que no localizaron el expediente”.
“Ninguno de los dos”
Adela Navarro Bello, directora de Zeta, indicó que el caso de Ortiz Franco es único por la ausencia de detenidos: “En otros casos de homicidios de periodistas, los autores materiales han sido arrestados o los intelectuales señalados, pero en este no han capturado a ninguno de los dos”.
La comunicadora destacó la situación de violencia contra periodistas en México, mencionando que “México es el país con más comunicadores asesinados en un contexto de paz, sin guerra activa. El 98% de estos casos permanecen impunes, sin compromiso real de la fiscalía ni de la presidencia”.
22 de junio de 2004: El crimen en su automóvil
El periodista y editor del Semanario Zeta Francisco Ortiz Franco fue multiplemente baleado dentro de su vehículo el 22 de junio de 2004 en Tijuana. Hasta la fecha, no se ha identificado a los responsables materiales ni intelectuales del atentado.