Vestigios de una vida truncada en Xalapa
En una vivienda de las afueras de Xalapa, familiares rinden homenaje a América Yamilet Sánchez Hernández, cadete naval que perdió la vida tras el choque del Buque “Cuauhtémoc” contra un puente en Nueva York. Entre medallas de natación y atletismo, recuerdan su dedicación y espíritu competitivo. Dos gorras de la Escuela Naval Militar descansan junto a fotografías que capturan su sonrisa.
María del Rocío Hernández Ayala, madre de la fallecida, describe a su hija como “la mejor hija, tierna, humilde, amorosa”. La casa funeraria dispuso ramos florales y objetos personales como el peluche de Hello Kitty que acompañó a América en su adolescencia. Una mesa central reúne testimonios de su vida: desde el vestido de XV años hasta la noticia de su aceptación en la institución naval.
Tragedia en aguas internacionales
El accidente que costó la vida a la cadete jalapeña ocurrió durante una travesía que tenía previsto llegar a Islandia. Familiares revelan que horas antes del siniestro, América compartió con su madre sus expectativas sobre el próximo destino del buque escuela. La institución naval prepara un homenaje protocolario en Veracruz antes del traslado de sus restos a la vivienda familiar.
“Cadete soy de la naval / mi orgullo es ser Marino / cantando voy, un himno al mar / feliz con mi destino / mi escuela y mi bandera / las dos mi gloria son…”
La tragedia ha conmovido al puerto de Veracruz, donde la comunidad naval se prepara para despedir a uno de sus miembros más jóvenes. Compañeros de la Heroica Escuela Naval Militar realizarán un acto solemne según protocolos militares, mientras continúan las investigaciones sobre las causas del accidente marítimo.
Impacto en la comunidad jalapeña
La noticia del fallecimiento ha generado consternación en Xalapa, particularmente en los círculos académicos donde América destacó como estudiante de ingeniería. Sus logros atléticos y académicos son recordados con orgullo por quienes la conocieron. El ambiente de duelo se extiende más allá de la familia directa, afectando a vecinos y conocidos que veían en ella un ejemplo a seguir.
“Era una excelente niña, una estudiante dedicada, no tenía vicios, era muy humilde, de corazón abierto… es mi hija”, expresó conmovida su madre antes de contener las lágrimas. El patio de la vivienda se ha convertido en punto de reunión para amigos y allegados que buscan brindar apoyo a la familia en estos momentos difíciles.