Política

Descubren bacteria que devora plástico médico en hospitales, poniendo en riesgo la bioseguridad

Un peligro inesperado en el ámbito sanitario

La medicina actual enfrenta una amenaza inédita al descubrirse una cepa de bacteria que puede utilizar materiales plásticos utilizados en dispositivos médicos como fuente de alimento. Este hallazgo plantea serias dudas sobre los estándares de seguridad hospitalaria vigentes.

La investigación reveló que la cepa PA-W23 de Pseudomonas aeruginosa no solo muestra resistencia a antibióticos convencionales, sino que logra degradar hasta un 78% de policaprolactona (PCL) en siete días. Esta característica transforma un material diseñado para facilitar la recuperación de pacientes en un posible factor de riesgo sanitario.

Un mecanismo que desafia la ciencia

El proceso de degradación del plástico se debe a una enzima denominada Pap1, que no solo rompe los enlaces del polímero sino que activa la formación de biofilms. Estas comunidades bacterianas adheridas a superficies dificultan su eliminación mediante métodos tradicionales.

“Cuando el material que cura se convierte en riesgo”, señalan los expertos sobre esta paradoja. El PCL, valorado por su compatibilidad con tejidos humanos y su capacidad de degradación sin residuos tóxicos, ahora presenta una faceta inesperada al facilitar el crecimiento de bacterias resistentes.

Repercusiones en entornos médicos críticos

El fenómeno observado tiene implicaciones especialmente graves en unidades de cuidados intensivos y áreas donde se emplean frecuentemente dispositivos médicos como catéteres y mallas quirúrgicas. La doble amenaza radica en la colonización de equipos esenciales y la permanencia prolongada de estas cepas en los espacios hospitalarios.

“No basta con esterilizar o aislar”, advierten los científicos sobre la necesidad de revisar protocolos. Ahora se impone evaluar el potencial de los materiales empleados como nutrientes para microorganismos resistentes.

Un nuevo enfoque para la seguridad hospitalaria

El hallazgo impone una reflexión urgente sobre los criterios para seleccionar materiales en entornos clínicos. Expertos proponen implementar pruebas sistemáticas para evaluar la interacción entre patógenos y plásticos utilizados en dispositivos médicos.

“Este descubrimiento no solo es un llamado de alerta”, afirman los investigadores, “sino también una oportunidad para repensar cómo diseñamos, usamos y descartamos los materiales que nos salvan la vida”. La lucha contra infecciones hospitalarias podría requerir una estrategia completamente renovada.

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