En una movida estratégica, Donald Trump se presentó este martes en el Capitolio de Washington con el objetivo de consolidar el apoyo de los parlamentarios de su partido. El expresidente estadounidense busca asegurar la aprobación de un paquete fiscal que combina reducciones impositivas con recortes en el gasto público, bautizado como “Una gran y hermosa ley”.
Presión sobre la minoría parlamentaria
La maniobra política se da en un contexto de estrechez numérica para los republicanos en la Cámara de Representantes, donde cualquier deserción podría entorpecer el avance del proyecto. Trump ha desplegado una campaña de convencimiento personal para evitar fracturas internas, a pesar de que su influencia dentro del partido enfrenta cuestionamientos.
Desafíos legislativos
El plan fiscal del exmandatario enfrenta obstáculos tanto en su propio bando como en la oposición demócrata. Dentro del Partido Republicano, sectores más conservadores cuestionan el alcance de los recortes propuestos, mientras que los demócratas han rechazado en bloque la iniciativa, calificándola de “beneficioso solo para los sectores más privilegiados”.