La falta de acceso a gafas representa un desafío mundial que impacta principalmente a habitantes de naciones con recursos limitados, así como a mujeres y adultos mayores. Esta realidad ha sido documentada en una investigación liderada por la Universidad Anglia Ruskin en el Reino Unido.
Desigualdad en el acceso a corrección visual
“La corrección del error refractivo es la intervención más segura, eficiente y económica para mejorar la calidad de la visión diaria de la mayoría de las personas afectadas por discapacidad visual en todo el mundo, contribuyendo a reducir la pobreza y a mejorar el bienestar, la productividad laboral, la educación y la equidad”, afirmó el investigador principal Rupert Bourne.
Según el análisis de datos de 815.273 individuos en 76 países, actualmente solo el 65.8% de la población tiene acceso efectivo a corrección para defectos de refracción, apenas seis puntos porcentuales más que en 2010. La brecha es más pronunciada en regiones como África subsahariana, donde la cobertura apenas alcanza el 28.3%.
Compromisos internacionales y respuestas nacionales
El estudio publicado en ‘The Lancet Global Health’ advierte que probablemente no se alcance la meta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de incrementar un 40% la cobertura efectiva para 2030 sin acciones urgentes. Sin embargo, se espera que países de altos ingresos lleguen al 100% de cobertura, como ha iniciado Francia con el reembolso total del costo de gafas a través de su sistema médico universal.
En Asia, naciones de ingresos medios-bajos como Pakistán han desarrollado planes nacionales de salud visual que han incrementado el uso de gafas y reducido la discapacidad visual. En Europa, el parlamento español ha respaldado una iniciativa para hacer gratuitos los productos ópticos para menores, con aportaciones graduales para adultos según su capacidad económica.
Tendencias y desafíos emergentes
Entre 2000 y 2023 se ha logrado un 50% más de prescripciones correctas de gafas, aunque persisten preocupaciones sobre factores modernos que aumentan la necesidad de corrección visual, como el tiempo prolongado frente a pantallas digitales y la disminución de actividades al aire libre en etapas tempranas de la vida.
