Operativo de apoyo en plena marcha
En las inmediaciones de Irapuato, cuando el tren conocido como “la bestia” reduce su velocidad, se observa un movimiento singular. Decenas de viajeros procedentes del sur del país comienzan a bajar de los vagones, muchos de ellos acompañados de menores. La mayoría carga solo lo indispensable: una bolsa con sus escasas pertenencias o artículos guardados en bolsillos desgastados.
El descenso marca el inicio de un proceso de atención humanitaria que incluye duchas con agua caliente, servicios de peluquería y suministro de medicamentos esenciales. Estos gestos, aunque aparentemente sencillos, cobran un valor simbólico al restaurar temporalmente la dignidad de quienes han emprendido un viaje lleno de incertidumbre.
El compromiso de una organización
El grupo responsable de esta iniciativa responde al nombre de TÚ BIEN A MI COSTO, denominación que refleja su enfoque de ayuda desinteresada. La organización atiende a migrantes sin exigir identificaciones ni indagar sobre sus motivos para viajar. Este enfoque se sustenta en el testimonio de quienes ya han recibido apoyo y en la cadena de confianza que se ha generado entre los beneficiarios.
El fundamento filosófico del proyecto se encuentra en un pasaje bíblico: “El Señor protege a los extranjeros que viven entre nosotros. Cuida de los huérfanos y las viudas, pero frustra los planes de los perversos.” (Salmos 146:9 NTV). Esta inspiración guía su labor en la región desde hace más de trece años, convirtiendo un punto del Bajío mexicano en un espacio de alivio para miles de personas.
Historia de solidaridad en movimiento
Conocidos también como “amigos del tren México”, los voluntarios priorizan la asistencia directa sobre cualquier rol de juicio o vigilancia. El nombre de la organización encapsula perfectamente su filosofía: proveer servicios esenciales a quienes buscan nuevas oportunidades más allá de las fronteras.
