La pasión por la lectura es un elemento central en la vida de Juan José Millás, quien confiesa que sin ese deseo no tendría interés en continuar. En una conversación con Esquire, el autor reflexiona sobre cómo su existencia se entrelaza con los libros, describiéndose como un lector obsesivo. ‘Yo solo concibo al lector como enfermizo’, asegura, afirmando que la lectura no es un simple pasatiempo sino una forma de vida.
La escritura como extensión de la lectura
Millás reconoce que su vocación de escritor nació de su voraz afición lectora. ‘Podría haberme quedado toda mi vida en la etapa de lector’, admite, revelando que fue la fascinación por mantener a un lector enganchado lo que lo impulsó a escribir. Para él, la escritura es secundaria frente a la lectura, a la que considera su verdadera vocación. ‘Si tuviera que elegir entre escribir o leer, elegiría sin duda leer’, confiesa sin reservas.
Memoria, identidad y el arte de recordar
El autor explora en su obra temas como la memoria y la identidad, cuestionando su naturaleza y fiabilidad. ‘Parte de nuestra memoria es implantada y está formada por recuerdos que no hemos vivido’, señala, comparando esta situación con los replicantes de ‘Blade Runner’. En su novela ‘Ese imbécil va a escribir una novela’, Millás examina su pasado no con nostalgia, sino con curiosidad, buscando entender qué sucedió más que simplemente recordarlo.
La fragilidad de la identidad y los fantasmas del pasado
Millás cuestiona la importancia que otorgamos a la identidad, considerándola una construcción frágil. ‘Cuanta más ostentación se hace de la identidad, más frágil es uno’, afirma, ilustrando su punto con ejemplos de personas que exhiben excesivamente su estatus. El escritor también habla de los ‘fantasmas’ que representan las decisiones no tomadas, sugiriendo que convivimos con las posibilidades que dejamos atrás.
Reflexiones sobre la vejez y la muerte
Al hablar de la vejez, Millás muestra una visión pragmática y serena. ‘A lo único que aspiro es a acabar bien’, dice, expresando su apoyo a la eutanasia como medio para evitar prolongar la vida en condiciones indignas. El autor reconoce pensar diariamente en la muerte sin dramatismo, mostrando interés en experiencias cercanas a la muerte y en la conciencia humana.
Entre libros y vinos
Millás revela que su biblioteca contiene miles de volúmenes, aunque ha perdido el control sobre su organización. ‘He perdido el control de mi biblioteca hasta el punto de que a veces me compro libros que ya tengo’, reconoce con humor. El escritor también comparte una costumbre poco convencional: elegir vinos para acompañar sus lecturas, sugiriendo un verdejo para disfrutar con un buen libro.
