Historia de un negocio familiar
Desde su más tierna infancia, Bertha Hernández Espinoza se introdujo en el negocio de la venta de billetes de la Lotería Nacional, actividad que su padre comenzó a desarrollar hace más de siete décadas en Puerto Peñasco. Con el paso del tiempo, esta tradición familiar se consolidó en San Luis Río Colorado, lugar al que llegaron en 1955 y donde su padre estableció una subagencia dedicada exclusivamente a la comercialización de cachitos.
“Mi papá siempre vendió boletos para el sorteo de la Lotería Nacional, empezó allá en Puerto Peñasco. Cuando yo tenía 3 años nos vinimos a San Luis. Mi papá tenía la subagencia de la Lotería Nacional y al llegar aquí a San Luis puso billeteros. Él trajo la Lotería a San Luis”, expresó Bertha.
Un cambio de rumbo
Antes de asumir de manera completa las responsabilidades del negocio familiar, Bertha trabajó en una maderería y posteriormente en una institución bancaria. Sin embargo, nunca dejó de estar vinculada con la venta de boletos. Actualmente se dedica de forma exclusiva a la comercialización de cachitos, actividad que le permite interactuar con una diversidad de personas que día a día acuden a adquirir su boleto con la ilusión de ganar un premio.
“Aquí viene mucha gente a comprar, gente de fuera, gente de aquí. Tengo clientes de años que juegan lotería y siguen jugando. Tienen mucha Fe, cómo dicen: la Fe muere al último. Vienen con la esperanza de sacarme un buen premio”, afirmó la encargada del puesto.
Testigo de grandes premios
Durante su trayectoria como vendedora, Bertha ha sido testigo de múltiples ganadores que han logrado cuantiosos premios, incluyendo el primer lugar del sorteo Melate. Uno de los casos más notables fue el de un lavador de carros local que logró un importante premio con un billete de apenas 30 pesos.
“Me da gusto ver que gente necesitada que gana buenos premios comprando solo cachitos y se va muy contenta. Yo les recomiendo que no pierdan la esperanza, la Fe es la que muere al último. Debemos jugar conforme lo que tiene uno, hay cachitos baratos con los que podemos ganar dinero para poder salir de las deudas y salir adelante”, destacó Bertha.
Desafíos actuales
La venta de billetes ha disminuido en los últimos años, situación que atribuye al incremento en el costo de los cachitos y al cambio en el poder adquisitivo de la población. A pesar de esto, el negocio sigue teniendo un grupo fijo de clientes que año con año mantienen la tradición de adquirir sus boletos con la esperanza de obtener un premio que transforme sus vidas.