En la actualidad, diferenciar entre emplear dispositivos tecnológicos como medio útil o como mecanismo de evasión representa un reto significativo. La denominada tecnoadicción, impulsada por la búsqueda de recompensas inmediatas, puede derivar en dependencia, repercutiendo en el bienestar físico y mental.
Impacto de la inmediatez digital
Según datos proporcionados por DataReportal, en 2024 el país contaba con 104.3 millones de individuos conectados a internet, lo que representa el 79.2% de la población, y 90 millones utilizaban redes sociales, equivalente al 70% del total. Esta omnipresencia de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), facilitada por su accesibilidad y rapidez, promueve un consumo excesivo ligado a la liberación de dopamina, neurotransmisor asociado al placer.
“Hemos creado un enjambre digital, un mundo líquido donde todo está al alcance de un click, cambiando nuestro mapa del mundo, moldeando la forma de relacionarnos.” C7
Evidencia científica y consecuencias
Estudios como el de la UNAM y el IPN realizado en 2020 revelaron que casi la mitad de los estudiantes universitarios (49%) permanecen en línea más tiempo del deseado, con un 32.8% reportando uso compulsivo y 30.5% experimentando alteraciones del sueño. Además, investigaciones recientes (WIN Voices, 2025) señalan que el 69% de los mexicanos se mantienen despiertos hasta altas horas utilizando dispositivos electrónicos, ubicando al país como el segundo en Latinoamérica con mayor déficit de sueño asociado a esta causa.
Manifestaciones y grupos vulnerables
Entre los tipos identificados de tecnoadicción figuran el FOMO (miedo a perderse algo), la dependencia al consumo de contenido sexual en línea o las compras compulsivas. Por ejemplo, el fácil acceso a la pornografía altera las expectativas sexuales, mientras que la compra compulsiva afecta hasta al 5.9% de europeos, principalmente mujeres.
El teletrabajo ha intensificado esta problemática en México, incrementando el tecnoestrés y la dependencia en ambientes laborales. Individuos con ansiedad social, depresión o historial de acoso suelen encontrar en internet un espacio seguro para interactuar sin contacto físico. Los síntomas comunes incluyen angustia al desconectarse, aislamiento social, trastornos del sueño y abandono de prácticas saludables.
Estrategias de prevención
Para prevenir este fenómeno se requiere educación sobre el uso responsable de la tecnología. Establecer límites de tiempo, emplear aplicaciones que monitoreen el consumo, incentivar interacciones presenciales y fomentar actividades como el deporte o la lectura son medidas recomendadas. La solución implica abordar colectivamente esta dinámica social, especialmente en México, donde la intensa incorporación de herramientas digitales transforma continuamente las formas de interacción.