Estructura del ecosistema Terra
La plataforma Terra utiliza el token LUNA como activo fundamental en su red blockchain, que inició operaciones en abril de 2019 empleando el kit de desarrollo Cosmos SDK. Esta tecnología permite la creación de stablecoins respaldadas por diferentes monedas fiduciarias.
El mecanismo de estabilización funciona mediante el intercambio directo: al convertir monedas fiduciarias a LUNA, se establece una paridad fija que mantiene la estabilidad del valor. Por ejemplo, un dólar estadounidense equivale a un dólar en formato digital dentro de este sistema.
Desempeño actual del activo
Según reportes de mercado actualizados a las 11:00 horas UTC del 14 de junio de 2025, la criptomoneda Terra registra una cotización de 0.16 USD, presentando una caída del 2.96% en las últimas 24 horas, aunque muestra un ligero repunte del 0.96% en la última hora previa al corte informativo.
Con este rendimiento, mantiene su posición en el lugar 305 del ranking global de criptoactivos por volumen de capitalización.
Características distintivas de las criptomonedas
Este tipo de activos digitales se fundamenta en tres pilares básicos: ausencia de control institucional, eliminación de intermediarios en transacciones, y uso de tecnologías blockchain para garantizar la integridad del sistema. Ejemplos notables incluyen Bitcoin, Ethereum, Litecoin y Dogecoin.
“Las criptomonedas garantizan seguridad a sus mineros en cuanto a la red en la que se sitúa (entramado) y que implica un manejo de códigos; el romper esta seguridad es posible pero difícil, pues quien lo llegara a intentar tendría que contar con una potencia computacional superior incluso a la que tiene el propio Google”, detalla el análisis técnico.
Riesgos y mecanismos de inversión
Para operar con estos activos digitales, los usuarios emplean plataformas especializadas donde el precio fluctúa según la ley de oferta y demanda. La naturaleza especulativa de estos mercados implica riesgos considerables, ya que los movimientos bruscos pueden generar tanto ganancias significativas como pérdidas totales de capital invertido.
El almacenamiento se realiza mediante monederos digitales (wallets), que no guardan las monedas en sí, sino las claves criptográficas que acreditan la propiedad de los activos digitales. La protección de estos códigos resulta crucial para preservar las inversiones.
