Internacional

Diputada alerta sobre vertido ilegal de grasas por negocios en San Luis Potosí

Una legisladora denunció públicamente que establecimientos dedicados a la venta de comida en la vía pública están realizando prácticas contaminantes al eliminar residuos grasos en el sistema de drenaje urbano, acción que provoca daños estructurales y ambientales severos. La diputada Martha Patricia Aradillas Aradillas señaló que esta situación representa un problema recurrente en la entidad potosina.

Impacto en infraestructura y medio ambiente

Según la representante, el vertido indiscriminado de aceites y grasas de origen vegetal o animal en la red hidráulica genera consecuencias negativas en múltiples niveles. Al combinarse con agentes químicos como detergentes, estos desechos se solidifican dentro de las tuberías, causando obstrucciones que derivan en inundaciones, malos olores y proliferación de plagas urbanas.

La parlamentaria explicó: “Este tipo de prácticas no solo representa una falta de responsabilidad ambiental, sino también una omisión frente a la normativa vigente, que establece que estos residuos deben tener un manejo especial e integral por su potencial contaminante”.

Propuesta de acción municipal

La legisladora urgió a los 59 municipios de la entidad a implementar programas educativos y de supervisión dirigidos a comercios que manejan estos productos. El objetivo sería garantizar que se realice un tratamiento adecuado de grasas, aceites y otros desechos generados durante la preparación de alimentos en espacios públicos.

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En las calles de nuestra ciudad, es común encontrar puestos de comida que, para la preparación de sus productos, recurren al uso intensivo de aceites y grasas de origen animal o vegetal. Sin embargo, al concluir su jornada, una práctica frecuente consiste en desechar estos residuos directamente en la infraestructura pluvial o sanitaria”, explicó la diputada.

Daños ecológicos permanentes

Los residuos grasos también generan efectos devastadores en ecosistemas naturales. Al ser eliminados en suelos o cuerpos de agua, estos materiales presentan dificultad extrema para descomponerse, alterando las características químicas y biológicas del entorno. Esto afecta negativamente la salud de los ecosistemas, disminuyendo su biodiversidad y capacidad de recuperación natural.

El impacto ambiental se amplía cuando estos contaminantes llegan a mantos acuíferos, comprometiendo la calidad del agua subterránea y reduciendo la capacidad del suelo para realizar procesos de purificación natural. En ambientes acuáticos, las grasas forman capas superficiales que impiden la entrada de luz solar, afectando procesos vitales como la fotosíntesis y reduciendo el oxígeno disuelto necesario para la vida marina.

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