Jugador revela cómo informaron el traslado del equipo de Morelia a Mazatlán

Testimonio de un jugador sobre el cambio de sede

El futbolista Efraín Velarde compartió detalles sobre uno de los episodios más controversiados del balompié nacional. El ahora exjugador de los Monarcas relató cómo los jugadores recibieron la noticia sobre el traslado del equipo desde Morelia hacia Mazatlán durante la emergencia sanitaria por el Covid-19.

En una conversación con el periodista Yosgart Gutiérrez en el espacio informativo El RePortero, Velarde describió los momentos previos al anuncio oficial. El jugador detalló que los rumores surgieron inicialmente en un grupo de comunicación interna del plantel: “Viene la pandemia, momento difícil para todos. Viene el encerrón de tres meses y de repente empieza en el chat de los jugadores, ‘oye, que el Morelia se va a Mazatlán’. Yo dije, ‘he escuchado locuras, pero esta, de qué me estás hablando, impensable’”.

Reunión decisiva en el estadio Morelos

Lejos de imaginar que los comentarios se convertirían en realidad, el grupo fue convocado a una reunión urgente en el Estadio Morelos. Ahí, la directiva del club confirmó el traslado definitivo de la franquicia: “Al siguiente día junta en el estadio, ‘señores se decidió, el equipo se va a Mazatlán’. Pues qué haces, eres un activo del club, te tienes que ir para allá, padrísimo para Mazatlán, pero dificilísimo para la gente de Morelia”.

El deportista destacó el vínculo afectivo entre la afición y el equipo en la capital michoacana: “El arraigo que tenía la afición, el equipo, una ciudad maravillosa, la mejor cancha del futbol mexicano”. Velarde enfatizó que, aunque entendía el carácter profesional del asunto, el cambio representó un duro golpe para los seguidores.

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Desafíos iniciales en la nueva ubicación

El jugador describió las condiciones complejas que enfrentaron al llegar a Sinaloa: “Nos fuimos a Mazatlán, inmediatamente cambio de chip, vámonos con la familia, pandemia. Parecía pueblo fantasma, todo solo, como todas las ciudades de México”.

Además del contexto sanitario, el plantel tuvo que adaptarse a infraestructuras improvisadas: “Llegamos a Mazatlán con muchas carencias, porque estaba el estadio, pero no había instalaciones. No teníamos nada. Se decidió que la sede fuera un lugar que se llama Estrella de Mar, a una hora de Mazatlán. El hotel que tenía una cancha aceptable, nos cambiábamos en el lobby, como pretemporada, pero esas eran tus instalaciones y abrazar la causa, porque fue un momento muy difícil”.